
Servicio de Imagenología: EL TIEMPO NOS DIO LA RAZÓN
Aunque en un principio hubo quienes los tildaron de exagerados, el estricto uso de los Elementos de Protección Personal (EPP) ha permitido que el equipo de Imagenología no haya tenido ningún brote de Covid 19 durante este periodo. Todo un logro, considerando que durante meses el foco central de los exámenes realizados en este recinto apuntó a confirmar o descartar la presencia de la enfermedad en pacientes ambulatorios y hospitalizados. Aquí les compartimos el trabajo de este equipo, el que ha logrado visibilizarse más que nunca gracias al ya famoso “Código 19”.
Conforme comenzaron a presentarse los primeros casos con sospecha de contagio por Coronavirus en el Hospital, nuestro establecimiento implementó una alerta voceada por altoparlantes a la que denominamos “Código 19”. El objetivo fue advertir a funcionari@s sobre el tránsito de un paciente al interior del Hospital, con miras a evitar el área y dar el espacio necesario para las labores de desinfección recomendadas. Con el correr de los días y el incremento de estas alertas, el Servicio de Imagenología concentró rápidamente las menciones de este código por traslados solicitados para la realización de TAC de Tórax, examen que permite ver el compromiso pulmonar del paciente antes de tener la confirmación de la enfermedad por PCR. Y aunque en la sumatoria total de procedimientos no hubo un incremento en las cifras, la presión sostenida, la gravedad de los casos y la complejidad de los mismos incidió tanto en los tiempos utilizados por cada paciente, como también en los flujos definidos para minimizar la posibilidad de contagios.
Al respecto, la Dra. Cecilia Maldonado, jefa de esta Unidad, nos señala que “nunca nos había tocado vivir nada comparable. Nosotros comenzamos a organizarnos desde que apareció la enfermedad, primero leyendo todo lo que aparecía respecto de ella y luego analizando las medidas adoptadas en otros países para abordarla. Eso nos permitió estar preparados una vez que comenzaron a registrarse los primeros casos en el establecimiento, atención para la cual utilizamos todas las EPP necesarias para protegernos, aunque no faltó quien nos tildara de exagerados. Si bien ya han pasado varios meses, la enfermedad sigue siendo una desconocida hasta el día de hoy y seguimos aprendiendo de ella cada día que pasa”.
Algunas de las medidas que implementaron fue diferenciar los flujos de ingreso para pacientes con y sin sospecha. Otra medida fue la capacitación en el uso y retiro de las Elementos de Protección Personal (mascarillas, delantales, guantes, protectores faciales, etc.), para lo cual incluso realizaron un video local, armando sets que agilizaban la postura de las mismas. Asimismo, realizaron algunas modificaciones en los sistemas de turnos, con miras a que, si se producía algún contagio en el equipo, éste afectase al menor número de personas y pudieran seguir trabajando ininterrumpidamente. En términos de producción, los pacientes Covid concentraron durante un buen tiempo todo el trabajo, situación que ha comenzado a cambiar gradualmente durante las últimas semanas. Inicialmente se suspendieron todas las horas agendadas, luego comenzaron a agendar pacientes con cáncer o patologías GES, para posteriormente ir retomando todos aquellos exámenes solicitados como urgentes o prioritarios. Con la apertura de agenda que está realizando el CRS, esta situación debiera cambiar inminentemente a partir de septiembre.
“Hubo un momento, durante el mes de junio, que las solicitudes se multiplicaron y la presión por la realización de exámenes fue realmente compleja. Siendo la misma patología y teniendo casos igualmente graves, priorizar resultaba difícil o prácticamente imposible”, nos señala la Dra. Maldonado.
Según nos comenta Leonardo Aravena, Coordinador de Imagenología, uno de los aspectos más engorrosos fue mantener un buen estado anímico en el equipo. “Nosotros veíamos llegar mal a gente joven, lo cual no cuadraba con la creencia habitual de que la enfermedad solo afecta con mayor gravedad a adultos mayores y eso incrementaba nuestra preocupación. Además, sabíamos de casos que afectaban a funcionarios de otros servicios y sus familiares, lo que calaba hondo en la gente”. Para la Dra. Maldonado, “el miedo fue algo generalizado. Se sentía la angustia de poder llegar a contaminar a la familia. Conocíamos las historias de pacientes que perdían a sus cercanos y venían contagiados con el temor de que corrieran igual suerte. Y nosotros debíamos darles ánimo con un nudo en la garganta”.
En este contexto y consultados respecto a lo más destacable del periodo, tanto la jefa como el Coordinador de esta Unidad nos manifiestan que “los Técnicos Paramédicos fueron los más expuestos en todo momento a la posibilidad de contagio, por el tipo de labor que desarrollan. Igualmente, el personal de aseo. Para todos ellos nuestros agradecimientos por la gran labor desarrollada, con dedicación, cuidado y esmero”. Y entre lo anecdótico nos cuentan que dado lo acucioso del aseo y la alta corrosividad de los productos utilizados, tuvo que tenerse especial cuidado para que los delicados equipos con los que cuenta la Unidad no sufrieran las consecuencias de la oxidación, procurando mantenerlos guardados o tapados durante la mayor parte del tiempo. En cuanto al respaldo del Hospital, la Dra. Maldonado agradece el acceso y disponibilidad a los elementos de protección personal por parte del equipo, los que si bien en un principio fueron escasos en el establecimiento, nunca fueron restringidos para el cuidado del personal de la unidad. Respecto a lo que depara el futuro y con los pies bien puestos sobre la tierra, la Dra. Maldonado nos advierte que “vamos a tener Covid por mucho tiempo más. Por lo menos hasta que podamos tener acceso a una vacuna efectiva. Por ello no debemos relajarnos, debemos seguir con todas las medidas de prevención que nos permitan mantener a raya la enfermedad y evitar un alza en los contagios”.
Extracto del Testimonio de una Funcionaria
“Ha sido muy difícil estar en Primera Línea y trabajar con pacientes Covid 19. El solo hecho de pensar que nos podemos contagiar es algo que no se lo damos a nadie. Pasan muchas cosas por nuestra mente y sin duda lo primero que se nos viene a la cabeza son nuestros hijos, padres, hermanos o algún familiar de riesgo. Pero nuestra vocación y ética es de corazón: es nuestro trabajo y en algún momento nuestros maestros de estudios nos dijeron que la carrera de salud es fundamental para el prójimo” Rosa Córdova Sánchez, Técnico Paramédico de Imagenología.
San Bernardo, 25 de agosto 2020.